Sunday, May 5, 2013

Atardecer tardío

Siempre me han gustado los atardeceres. Siempre se me graban en el corazón, ya sea mirando a la luna llena que aparece en el Caribe, observando los colores de Madrid desde la ventana de mi habitación o contemplando cómo en Galicia el paisaje se tuesta al final de un día inusualmente soleado.
Y es que al oeste todo llega más tarde, parece que forma parte de un regalo que alguien nos hace a aquellos que nos atrevemos con el oeste. Porque en el oeste todo se saborea más, los recuerdos de aquellos que nos adentramos atrevidos en un pasado vuelven, pesados, todo lo llenan, nos pesan en los hombros, lo que fuimos que ya no somos, lo que somos que nunca quisimos ser, llegan tarde, los recuerdos, melancolía con sabor a océano, melancolía que deja rastro de arena.
Llegan tarde, los recuerdos, os recuerdo.
Este oeste me da un respiro con su atardecer tardío.

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