Tuesday, May 21, 2013

Diferencias

Siempre he tenido problemas a la hora de clasificar cosas. Sólo he conseguido clasificar o por colores o por 'camisas' 'faldas' 'pantalones', y mi armario siempre ha sido un desastre. 
Nunca he podido encontrar esa línea que separa el metal del heavy metal, el house del electro house, o lo que sea - por lo único por lo que distingo las cosas es por lo que me hacen sentir, a lo que me recuerdan, a donde me llevan. Antes me generaba frustración, todo el mundo debería saber hacer distinciones entre todo tipo de modas, artes, música. Pero eso no es real, no en mi caso. Soy una analfabeta de detalles diferenciales. Llévame a un pueblo que me encante, nunca me acordaré de su nombre, ni de qué tenía en especial, sólo me acordaré de qué sentí cuando me llevaste, lo que sentí cuando me abrazaste, en aquella calle, anónima para mucha gente, podría tener algún nombre como 'Calle Segovia', no me acuerdo, para mi es 'la calle donde me abrazaste'. Esas son las únicas cosas que recuerdo, y me alegro de que sea así.

Monday, May 13, 2013

Sólo un día

Me pregunto, com Tolstoi, cuánta tierra necesita un hombre. Queremos todo lo que nos rodea, posesiones que nos hacen olvidarnos y trivializar, sin darnos cuenta en cada comida del día que para mucha gente eso ya es un lujo. Compradores compulsivos, vendedores desalmados, al final el hombre hace al hombre, la ley de la oferta y la demanda. Dicen que cada país se merece el presidente que tiene. Qué políticamente incorrecto. ¿Se referirá sólo a las democracias o también a dictaduras? ¿Encontraría a alguien que me pudiese contestar a eso sin prejuicios, para bien o para mal? Siempre me fascinó lo que la gente se guarda por miedo a ser socialmente juzgado, por eso siempre he admirado a la gente que, abiertamente y sean cuales sean sus creencias, no se ponen una máscara de miedo que no hace bien a nadie. Hablemos claro, todos estamos en el ajo, y yo me pongo nerviosa al pensar que mañana tendré mi iPhone en la mano, después de dos años y medio con mi querido móvil, voy cayendo lentamente. Mañana desayunaré, comeré, cenaré, y tendré mi iPhone. Y no seré mejor ni peor persona, pero me preguntaré cuánta tierra necesita un hombre.

Enviado desde mi iPad.

Tuesday, May 7, 2013

Ojos verdes

Érase una vez una chica que tenía unos ojos muy bonitos. Eran muy bonitos. Realmente bonitos. Tan bonitos que, cada vez que pensaba en ellos le entraba un miedo irracional a que, de mucho pensarlo, esos ojos que tanto le gustaban se desvaneciesen. Como sí alguien pudiese tomar la decisión de quitarle ese bonito color a sus ojos por valorarlos tanto. Tendrá que aprender que sus ojos estarán siempre ahí, creerlo y perder ese miedo. O bien seguir valorando esos ojos como si se los fuesen a quitar de un momento a otro.

Sunday, May 5, 2013

Atardecer tardío

Siempre me han gustado los atardeceres. Siempre se me graban en el corazón, ya sea mirando a la luna llena que aparece en el Caribe, observando los colores de Madrid desde la ventana de mi habitación o contemplando cómo en Galicia el paisaje se tuesta al final de un día inusualmente soleado.
Y es que al oeste todo llega más tarde, parece que forma parte de un regalo que alguien nos hace a aquellos que nos atrevemos con el oeste. Porque en el oeste todo se saborea más, los recuerdos de aquellos que nos adentramos atrevidos en un pasado vuelven, pesados, todo lo llenan, nos pesan en los hombros, lo que fuimos que ya no somos, lo que somos que nunca quisimos ser, llegan tarde, los recuerdos, melancolía con sabor a océano, melancolía que deja rastro de arena.
Llegan tarde, los recuerdos, os recuerdo.
Este oeste me da un respiro con su atardecer tardío.